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Mostrando entradas de junio, 2018

Bocados de Ánimo: “El eco de la vida”

Bocados de Ánimo: "El eco de la vida"  Un Padre, junto a su hijo, caminaba en las montañas. De repente, el hijo se lastima y grita: "¡Ay!" Para su sorpresa oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "¡Aaaaaayyyyyyy!" Con curiosidad el pequeño grita: "¿Quién está ahí?" Recibe como respuesta: "¿Quién está ahí?" Enojado con la voz, el niño grita: "Cobarde". Y recibe de respuesta: "Cobarde" El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?" El padre sonríe y le dice: "Es el Eco de la Vida." "Hijo mío, presta atención" Entonces el padre grita a la montaña: "Te admiro". La voz le responde: "Te admiro" De nuevo, el hombre grita: "Sos un campeón" Y la voz le responde: "Sos un campeón" El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego, el padre le explica: "La gente lo llama eco, pero en realidad, ¡es la vida! Te devuelve todo lo que d

Bocados de Ánimo: “Dios nunca se equivoca"

Bocados de Ánimo: "Dios nunca se equivoca" Hace mucho tiempo, en un reino distante, vivía un rey que no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía: -" Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. El nunca se equivoca". " Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que su rey perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a éste -"Y ahora, que me dices, ¿Dios es bueno? Si Dios fuese bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo. "El siervo respondió: -"Rey mío, a pesar de todas las cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás, perder un dedo, no sea tan malo. Todo lo que

Bocados de Ánimo: “Dar de corazón”

Bocados de Ánimo: "Dar de corazón" Un mendigo que estaba tendido al lado de la calle y viendo a lo lejos venir al Rey en su carruaje, con su Corona y Capa. Pensó: -"Le voy a pedir y seguramente me dará bastante". Y cuando el Rey pasó cerca, le dijo: -"Su Majestad, ¿Me podría, por favor, regalar una moneda?" Aunque en su interior pensó: "El Rey me dará mucho más." En cambio, el Rey lo miró y le dijo: -"¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy tu Rey?". El mendigo no sabía que responder a la pregunta y dijo: -"Pero Su Majestad, ¡Yo no tengo nada!". El Rey insistió: -"Algo debes tener. ¡Busca!" Entre su asombro y enojo el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un pedazo de pan y unos granos de arroz. Pensando que el pedazo de pan y la naranja eran demasiado para darle, en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dio al Rey. Complacido el Rey dijo: -"¡Ves que algo tenias!". Y

“Estrategia”

Bocados de Ánimo: "Estrategia"  Había una persona ciega sentada en la calle, con una lata y un pedazo de cartón escrito con tinta negra, que decía: "SOY CIEGA, AYÚDEME" Un publicista que pasaba frente a ella, se detuvo y observó unas pocas monedas en la taza. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó un marcador negro que el llevaba y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies de la ciega y se fue. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente la ciega que pedía limosna; su taza estaba llena de billetes y monedas. La ciega reconoció su perfume y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito. El publicista le contestó: "Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Sonrió y siguió su camino. El nuevo mensaje decía: "ES PRIMAVERA Y NO PUEDO VERLA" PIEDRA LIBRE A: "No sé, ¡Las cosas siempre se han hecho así, aquí!". ¿Te sue

“Conserva tu Cucharita”

Bocados de Ánimo: "Conserva tu cucharita"  Una mujer, a quien le habían diagnosticado una enfermedad terminal y le habían dado tres meses de vida, decidió poner sus cosas "en orden". Le pidió al cura que fuera a su casa para discutir ciertos aspectos de sus deseos finales. Comenzó entregándole su testamento con el destino de sus bienes para los pobres. Finalmente acordó qué canciones quería que cantaran en su funeral, qué lecturas le gustaría que leyeran y con qué vestido deseaba ser despedida. También pidió que la sepultaran con su Biblia y su rosario. Cuando el religioso estaba listo para irse, de pronto la mujer recordó algo muy importante y dijo:-"Hay una cosa más". -"¿Qué es?", preguntó el pastor. -"Esto es muy importante", continuó la mujer, "quiero que me entierren con una cucharita en la mano derecha". El sacerdote se quedó parado mirando a la mujer sin saber qué decir. -"Esto lo sorprende, ¿no?", dijo la