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Mostrando entradas de diciembre, 2013

“Es necesario que Jesús crezca y yo disminuya”,Papá Noel

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"Es necesario que Jesús crezca y yo disminuya", Papá Noel:  (Meditación de Navidad)   "Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron." (Jn. 1,11) Se acaba de dar a conocer la siguiente historia: "Un día el ángel caído y príncipe de este mundo se dio cuenta que se repetía la historia de aquel niño Moisés, instrumento de Dios a quien no logró aniquilar por medio del decreto del Faraón que ordenaba sacrificar a todos los niños menores de 1 año, pues éste pequeño se salvó en una simple canasta suelta en las aguas del Nílo (Ex. 1,22- 2,1-9). Ahora sucedía lo mismo con el Niño más temido y volvía a fracasar, esta vez por el decreto del Rey Herodes de matar a todos los niños menores al año, al descubrir que los reyes Magos no volvieron a contarle dónde lo habían encontrado, como prometieron (Mt. 2,16). Por la amenaza que representaba que el Hijo de Dios naciera y pudiese frustrar sus perversos planes de quitarle su reinado, decidió convocar a sus

Bocados de Adviento: "El Perrito"

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El Perrito (Meditación de Adviento – 3º) El dueño de una veterinaria colocó un anuncio en la vidriera que decía: -"Cachorritos en venta". Esa clase de anuncios siempre atraen a los pequeños, y pronto un niño apareció en la tienda preguntando: -"¿Cuál es el precio de los perritos?" El dueño contestó: -"Entre $100 y $200". El niño metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas y billetes arrugados: -"Sólo tengo $36 que he ahorrado… ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó. Del fondo salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los cachorros llegaba rezagado, caminando con dificultad. El niñito inmediatamente señaló al perrito retrasado que rengueaba. -"¿Qué le pasa a ese perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía la cadera defectuosa y que sería rengo el resto de su vida. El niño se emocionó mucho y exclamó: -"¡Ese es el perrito que yo quie

Bocados de Adviento: "Amor en Latita de Leche"

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Amor en Latita de Leche (Meditación de Adviento – 2º) Dos hermanitos en pobres ropas, provenientes de la periferia de la gran ciudad, uno de cinco años y el otro de diez, iban pidiendo un poco de comida por las calle del centro. Estaban hambrientos: "vayan a la escuela y no molesten", alguien les decía; "aquí no hay nada pordioseros…", decía algún puestero. Las múltiples tentativas frustradas, entristecían a los niños. Por fin, una señora muy atenta les dijo: "Voy a ver si tengo algo para ustedes… ¡Pobrecitos!" Y volvió con una latita de leche. ¡Que fiesta! Ambos se sentaron en la vereda. El más pequeño le dijo al de diez años: - Tú eres el mayor, toma primero… y lo miraba con sus dientes blancos, con la boca medio abierta, relamiéndose. Yo contemplaba la escena como tonto… ¡Si vieran al mayor mirando de reojo al pequeñito…! Se lleva la lata a la boca y, haciendo de cuenta que bebía, apretaba los labios fuertemente para que no le entre ni una s

Bocados de Adviento: "Ser Pobre"

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Ser Pobre (Meditación de Adviento – 1º) Un padre, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre, pues tenían un buen pasar económico, lo llevó un fin de semana al interior del país, a convivir con unos campesinos. Así fue que pasaron tres días y dos noches en la vivienda del campo. Ya de regreso de la experiencia vivida, mientras regresaba en el auto, el padre preguntó a su hijo: - ¿Qué te pareció la experiencia? - ¡Buena! – contestó el hijo, con la mirada puesta a la distancia. - ¡Y! ¿Qué aprendiste? – insistió el padre. El hijo contestó: — Que nosotros no podemos tener un perro por vivir en un barrio exclusivo y ellos tienen cuatro. • Nosotros tenemos una pileta con agua estancada que ocupa la mitad del jardín; Ellos, en cambio, tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay peces, hierbas y otras bellezas. • Que nosotros importamos luces del extranjero para alumbrar nuestro jardín, mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna. • Nuestro pa