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Mostrando entradas de abril, 2016

Bocados de Misericordia: “El mendigo y el Papa”

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Bocados de Misericordia: "El mendigo y el Papa"           Un sacerdote se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo que le llamó mucho la atención. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta de que conocía a aquel hombre. Era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él. Ahora mendigaba por las calles. El cura, tras identificarse y saludarlo, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Este quedó profundamente estremecido. Al día siguiente el sacerdote tenía la oportunidad de asistir a la Misa privada del Papa al que podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno sintió el impulso de arrodillarse ante el Santo Padre y pedir que rezara por su antiguo compañero de seminario, y le describió brevemente la situación al Papa. Un día después el párroco recibió la invitación del Vaticano para cenar con el Papa, en

Bocados de Misericordia: “Trata de no llorar”

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Bocados de Misericordia: Trata de no llorar"           Ella dio un salto tan pronto vio al cirujano salir de la sala de operaciones. Entonces dijo: "¿Cómo está mi pequeño? ¿Estará bien? ¿Cuándo lo puedo ver?" El cirujano contestó: "Lo siento. Hicimos lo que pudimos, pero él no pudo."          Marta se quebró y dijo: "¿Porqué a los niños les puede dar cáncer? ¿Será que Dios no los cuida, como dicen? ¿Dónde estabas, Dios, cuando mi niño te necesitaba?"          El cirujano le preguntó: "¿Te gustaría estar un tiempo a solas con tu hijo? La enfermera estará afuera, antes de que lleven al niño a la Universidad."          Marta preguntó a la enfermera si podía quedarse con ella mientras se despedía de su pequeño. Pasó sus dedos amorosamente a través del cabello rizado y rojizo del niño.  "¿Te gustaría guardar un mechón de su cabello?", preguntó la enfermera.          Marta asintió. La enfermera cortó un mechón, lo colocó en una bolsa de

Bocados de Misericordia: “El pan de Cristo”

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Bocados de Misericordia: "El pan de Cristo"  Historia de un hombre llamado Víctor. Al cabo de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente. Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo. Víctor le pedía al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer. - Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La mujer, que oyó la conversación, preguntó: – ¿Qué quería ese pobre hombre? – Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido. - Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no necesitamos y ¡dejar a un hombre hambriento aquí afuera! - Hoy en día: ¡hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber. - ¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo. Avergonzado, quería alejarse corriendo de allí; pero en ese momento oyó la amable voz