Diálogos para el Alma: “Ante el Fracaso”
Diálogos para el Alma: "Ante el Fracaso"
Me encontré hoy con un hermano en el Señor y me dejó muy conmovido ya que estaba pasando por una profunda crisis debido a no poder manejar su sensación de fracaso en la vida espiritual. Charlamos largo y tendido para luego dedicar un momento a orar juntos, pidiéndole al Espíritu Santo que le concediera la gracia de mirar su vida desde la fe.
De pronto el Espíritu nos dijo:
- Cuando Adán pecó, él trató de esconderse de Dios. Cuando Jonás rehusó predicar en Nínive, su temor lo impulsó hacia el océano, para huir de la presencia del Señor.
Cuando Pedro negó a Cristo, él tenía temor de encararlo nuevamente.
- ¿Cómo seguir trabajando con ésta sensación? Dijo mi hermano.
- Reconociendo que hay algo peor que el fracaso en si: el temor que viene junto con él. Adán, Jonás y Pedro se alejaron de Dios no porque habían perdido su amor por El, sino porque tenían temor de que El estuviera demasiado enojado con ellos como para comprenderlos.
- ¿Cómo superar ese temor? dije yo.
- Sabiendo que el acusador espera como un buitre a que falles de alguna manera. Entonces él usa toda clase de mentiras, para hacer que tú desistas, para convencerte que Dios es muy santo, o que tú eres muy pecador como para poder volver a El. También el acusador intentará hacerte pensar… que no eres lo suficientemente perfecto o que nunca podrás superar tu falla.
- ¿A todos les pasa igual? Dijo mi hermano.
- Le tomó cuarenta años a Dios para quitarle el temor a Moisés y hacerlo apto para ser usado en el propósito de Dios. Si Moisés o Jacob o David se hubiesen resignado a haber fallado, tal vez nunca más hubiésemos escuchado de ellos. Pero Moisés se levantó y continuó, llegando a ser uno de los héroes más grandes de Dios. Jacob confrontó sus pecados, se reunió con el hermano al que había engañado, y alcanzó nuevas victorias. David corrió a la casa de Dios, encontró perdón y paz, y retornó a su mejor etapa.
Jonás volvió sobre sus pasos, hizo lo que se había rehusado a hacer, y llevó a toda una ciudad al arrepentimiento. Pedro se levantó de las cenizas de su negación para liderar una iglesia hacia Pentecostés.
- Recuerdo -dije- cuántas veces sentí que fracasaba en las primeras veces que me animé a compartir la Palabra de Dios en público, pues la gente no me entendía, llegando a pensar que era por ser un indigno pecador. Lloraba en mi soledad, queriendo renunciar, pero no lo hice.
Hoy cuando me encuentro con aquellas personas que me agradecen haberles hecho conocer el Amor de Dios, me estremezco al pensar cuanta bendición se hubiese y me hubiese perdido si me hubiera rendido en esa hora oscura. Estoy contento hoy día de que Dios me enseñara a encarar mi fracaso y dar el siguiente paso que El tenía para mí.
- Recuerden que Dios los mira como aprendices, no como fracasados.
- ¡Gracias Señor! dijimos los dos al finalizar la oración con un gran abrazo.
PD: "Cualquier semejanza con tu realidad, es pura Providencia"
Para meditar en comunidad o en la intimidad del corazón:
- ¿Has tenido alguna vez una sensación de fracaso con respecto a tu vida espiritual? ¿Sentiste alguna vez que eras demasiado pecador como para que Dios te aceptara de vuelta?
- Como Moises y Pedro, ¿levantaste tu cabeza y viste que el amor de Dios todavía seguìa estando allí para que vayas a su encuentro nuevamente?
"Señor enséñame a reconocer que contigo no hay fracasos, sino oportunidades para quien tiene corazón de aprendiz. Ayúdame a ver a los demás de la misma manera."
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