Diálogos para el Alma: “La Perla”
Diálogos para el Alma: "La Perla"
Terminé de leer en estos días una novela que trataba sobre una persona que abandonó todo y se dirigió a Sudáfrica para buscar diamantes y perlas. Me resultó muy atrapante. Cuándo la leía me acordé de esta parábola de Jesús:
"Aquí tienen otra comparación con el Reino de los Cielos: un comerciante que busca perlas finas. Cuando encuentra una perla de gran valor, se va, vende cuanto tiene y la compra."(Mateo 13,45-46). Al buscar en mi Biblia este relato, reconocí que el Reino de Dios es la perla preciosa y yo soy el buscador de la novela. De repente me encontré regateando con Jesús el precio del Reino:
- ¿Cuánto cuesta esta perla?
- ¡La verdad es que es muy costosa!
- Insisto ¿Cuánto cuesta?
- Es muy, muy cara
- ¿Piensas que podría comprarla?
- Por supuesto. Cualquiera puede comprarla.
- Pero ¿No me acabas de decir que es muy cara?
- Si.
- Entonces, ¿Cuánto cuesta?
- Todo lo que tengas.
- Muy bien, estoy decidido ¡Te la compro!
- De acuerdo ¿Cuánto tienes?
- Bueno… Tengo un poco de efectivo en la billetera.
- ¿Cuánto?
- Déjame ver… diez, veinte, cincuenta… esto es todo. ¡Noventa pesos!
- Magnífico. ¿Qué más tienes?
- Tengo unos ahorros en el banco.
- Bien, los tomo. ¿Qué más tienes?
- Eso es todo lo que poseo.
- ¿No tienes nada más?
- Ya te dije. Nada más. Eso es todo.
- ¿Dónde vives?
- En mi casa.
- ¿Tienes una casa? ¡La casa también!
- Si te la doy tendré que dormir en mi auto.
- Así que también tienes un auto.
- A decir verdad, tengo otro usado que usa mi hija.
- Ambos autos pasan a ser de mi propiedad. ¿Qué más tienes?
- Pero, ya tienes mi dinero, mis propiedades, mis dos autos. ¿Qué más quieres?
- ¿Estás solo?
- No, tengo a mi hija.
- Tu hija también pasa a ser mía. ¿Qué más tienes?
- No me queda nada. He quedado yo solo.
- Esta perla requiere todo, todo. ¡Tú pasas a ser también de mi propiedad!
- Ahora si no me queda nada, ni yo mismo.
- Ahora presta atención: todo lo que me entregaste es lo que cuesta esta perla preciosa, el Reino de Dios. Tienes la perla preciosa. Pero aún no he terminado
- No tengo otra cosa que lo puesto.
- No es así. Tienes tu prontuario, es decir todos tus pecados, presentes, pasados y futuros.
- ¿Para que te sirven Señor?
- Para perdonarlos ahora. Tu nombre está escrito en el libro de la vida. Eres miembro de la familia de Dios y tienes vida eterna.
- Te he entregado todo. ¿De qué viviré?
- Mientras vivas en este mundo, te permito vivir en la casa que tienes y administrar las que vengan. Te doy permiso para que vivas con tu hija, que también es mía. Usa mis autos y te entrego para que administres, todo el dinero que me diste a cambio de la perla.
- ¡Gracias! Pero entonces, si me devuelves todo lo que te di para comprar la perla ¿Cuál es la diferencia?
-Una diferencia muy grande. Como la casa donde vives es ahora mía, yo quiero que esté abierta a la hospitalidad, que tus vecinos encuentren allí calidez, haciendo un lugar de oración. Quiero que los autos estén a mi servicio. El auto es mío, tú ahora eres mi chofer. Si necesito llevar a un hijo mío al hospital o a algún anciano a la iglesia o a cualquier otrolugar, no olvides que el auto es mío y tu mi chofer. También el dinero que te devolví es mío, debes administrarlo bien y dar una parte para los más necesitados. Todo lo que tienes es mío y debe estar a mi servicio. ¡Goza de mi Reino y cuida mis bienes!
- Ahora se que eres: ¡Mi perla, mi tesoro! ¡Mi Señor!
- Recuerda que donde tengas tu tesoro, estará tu corazón.
Para reflexionar en Comunidad
- ¿A que cosas nos cuesta renunciar para obtener la perla?
- ¿Qué podemos hacer como comunidad para ayudarnos a vivir con mayor alegría la búsqueda de nuestra perla?
Señor, gracias por darnos la posibilidad de ayudar a quienes hoy no están pasando un buen momento. Ayudanos a vivir el servicio que hoy nos toca como una oportunidad para llegar a tu Reino.
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