Bocados para el alma "Dos Certezas."
Dos certezas (Meditación – 36º semana)
Hace unos días, mientras caminaba por el barrio alrededor de mi casa. Sin dejar de prestar atención a las aves que volaban por ahí, libres y saludables, de pronto, justo delante de mí, un pajarito pequeño agitaba sus alas. Luchando al intentar volar, el pajarillo pichón, solo podía mover sus alitas en medio del volar de hojas, sin ningún éxito. Me incliné para recogerlo, y lo lleve a casa para alimentarlo. Fue luego de cumplir mi tarea que una cita bíblica familiar vino como un relámpago a mi mente: "…ni un pichón cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre." (Mateo 10, 29). Otras traducciones dicen: "sin su consentimiento".
Dios está con nosotros, aun cuando caemos. El Padre no cae en nuestro pecado, pero sí se inclina a nuestra caída condición. Él no nos abandona en nuestra caída. Ya que, como puedes ver, nosotros somos esos pajaritos.
A veces, sólo podemos ver su gran amor cuando tocamos fondo, pues la única salida es para arriba, donde está su mirada. Habrás ganado una gran victoria si puedes estar convencido de que Dios te ama incluso cuando estás herido, inválido. Su amor eterno renueva nuestras fuerzas. Sólo reposa en ese amor maravilloso. No entres en pánico. Vendrá la liberación.
Cuanto más vivo para Cristo, más difícil es para mí el aceptar las soluciones fáciles que dicen que todo lo curan. Pero en mis propias luchas, he encontrado un gran alivio y ayuda en dos certezas maravillosas.
La primera certeza es: Dios verdaderamente me ama. Dios no se dedica a condenar o a catalogar hijos, con o sin fracasos. Él es un Padre amoroso, que no se asombra de cuantas veces caemos, sino si estamos dispuestos un y otra vez a buscarlo a Él para que nos ayude a levantarnos de nuestras debilidades.
La segunda certeza es: ¡Lo que más le agrada a Él es mi fe! "…sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11,6). Es confiar en Él. Dios considera nuestra confianza en Él como justicia. "Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia" (Romanos 4,3).
Quizás no entiendo por qué al parecer Él se toma demasiado tiempo para intervenir, pero yo sé que Él cumplirá su Palabra en mí. Me gusta afirmar: ¡Que Dios tarde en actuar, no quiere decir que actúe tarde!
Para no dejarte con la duda de que sucedió con el pajarito, te cuento que lo crié hasta que aprendió a comer solo y voló.
"Cualquier semejanza con tu realidad es pura Providencia." (dalugas@gmail.com)
Para meditar en Comunidad o en el silencio de tu corazón:
- En tus caídas, ¿lo buscás al Padre? ¿Con qué resultado te encontrás?
-¿Tenés paciencia y fé en que Él va a intervenir en tu caída?
"Señor, tengo fe: Sé que cumplirás tu Palabra en mi y me ayudarás en mis caídas"
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